Les compartimos la última parte de preparación para la Pachamama Raymi, la Meditación con la Semilla de Luz Inkamu, que realizaremos 3 días previos a la Ceremonia. Durante estos días, cuando salga o se oculte el Padre Sol, pondremos en nuestras manos 5 semillas de Maíz Amarillo orgánico a la altura de nuestro vientre, conectándonos con Luz Solar al mirarla. Si no alcanzamos a hacerlo en el transcurso del día, también podemos absorber la luz del Sol de la Noche, de la Madre Luna. Cerramos los ojos y hacemos que esa luz canalizada baje espiritualmente a nuestro vientre y geste las Semillas de Amor.

Seguidamente, oramos con los sentimientos y pensamientos puros que podamos crear interiormente, deseando encender la Luz de Amor, para que primero pueda germinar la Medicina Sanadora en nuestro cosmos interno, y luego en el cosmos externo manifieste espacios de vidas para la Madre Naturaleza de la Nueva Era. Esta Sagrada Memoria será nuestra ofrenda a la Madre Tierra. Después de cada meditación, guardaremos las semillas en un bolso de tela o de papel, evitando que las toquen otras personas hasta la Ceremonia. Ofrendaremos nuestras Semillas de Amor como regalo de gratitud el tercer día a la media noche, en el Fuego Sagrado, orando MUUU…NAAA…YYY… y juntándonos energéticamente a la gran Familia Amarukan del Continente, con la guía y apoyo del Apuq Ñaupany Puma. Luego de que los Sacerdotes o Guías Espirituales enciendan el Fuego y ofrenden en la media noche el 31 de Julio. Durante todo el mes de Agosto también se puede celebrar, a la Madre Tierra en el transcurso del día.

Estás prácticas, junto al resto de ejercicios espirituales que les hemos compartido a lo largo de la Preparación para la Pachamama Raymi, se pueden repetir hasta volverlas un estilo de vida y convertirlas en una ayuda para el crecimiento de la consciencia, que nos hace desarrollarnos como seres más sabios, como Seres Creadores de Luz, como hijos de la Madre Tierra y del Padre Sol.

¡Irradiemos Luz desde la Semilla Munay, Inkamu, de nuestros Corazones. Huyayay, Haylli, Hallalla!

Maestro Ñaupany